agosto 07, 2010

el hombre que no soy



 No sin esfuerzo conseguí zafarme de las aguas y saltar , solitario, al mundo. Me esperaba una playa blanca, barrida por un agua que cegaba la vista. Mi cuerpo a todas luces imperfecto, era mecido por el agua mientras yo lo cultivaba con mimos, miradas y caricias. Incluso lo autoretraté. Sólo, completamente aislado en mi mismo, inacapaz de relacionarme con otros seres, caí en la indiferencia mientras me disolvía en el agua que se filtraba entre la arena, devolviéndome al lugar que me había traido.

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