mayo 12, 2010

MarioTR llega a la ciudad

Empujado por los animósos (acento mejicano) empujones que me dais, vuelvo a la carga reportera de cotidianeidad.

Aunque ahora que entro, voluntario eso si, en el slow life style (SLS, no confundir con otros acrónimos) que mejor manera que hacerlo añadiendo notas de prensa de Mario TR, un proyecto silencioso, atento a la vida y voraz de toda las sensaciones, vamos un bebé.

Llegó al bullicio el pasado viernes tras soportar, como si de un rito de iniciación se tratara, de las comodidades que el consorcio de transportes de la cam (así, en minúsculas por su estrechez de miras y fondo gris) versión EMT: un hecho que supongo su madre va a poner en conocimiento del protector del menor, de su pediatra del ya lejano FJDiaz, y de Raventos i Costers bufete de abogados que le lleva sus asuntos privados, que ella es fina y elegante hasta para eso.

Pero hombre, RT, una cosa es insertar al bebé en el mundo cosmopolita de Madrid, sus gentes y sus celebraciones (o son fastos?) de 100 años de Gran Via, y otra es sacarle del nido incubador del mundo-hospital, tan puro y limpio, y no llevarle en taksi a su hogar, una primigenia oportunidad para oir la cope, una ventana a la que sus padres, protectores como todos, casi seguro le vetarán su libertad de asomarse (arrojarse?). Comenta el padre que la aventura se condujo como se esperaba: sin mas sobresaltos que el cruce con algún ciudadano cabreado que arremete con aires chulescos, un clásico, y una lección que es bueno aprenda MTR asap: no te engañes, la selva es esto. Luego está el libro de la idem, pero esa es otra historia.

Así de esta guisa llegó al centro del corazón de España (nada mas propio para el hijo de un trabajador del cnic), o como aprendimos el otro día de manos de Sir Magdi Yacoub (inténtese poner acento bien british) a la bicúspide, de Madrid.
Por suerte no era hora de rebajas en Fuencarral, asi que pronto tras cruzar apenas por la zona peatonal quedó de nuevo protegido al calor de la calma del piso interior con jardines, y del abrazo de su madre ya normotensa y mas relajada. Le imagino volviendo a esas sensaciones placenteras de la incubadora…

¡Que emocionante! Y que entorno curioso para crecer, algo stresante desde fuera pero que él sabrá normalizar porque su vida comenzó allí, como los relatos de niñez de FFGomez y EHTeclen en Malasaña. Lanzar al futuro la mirada y soñar en las locas aventuras que MTR habrá de sentir en esas céntricas calles del Km1: cuando desde el cuco vea el cielo plagado de neones surcados por voces, música y emociones sensitivas infinitas o cuando allá por el 2013, vislumbre un horizonte confuso caminado entre ese bosque de piernas que es la mirada del niño a esas edades, danzando entre cientos de viandantes bien atrapadas sus manos entre las de sus padres, cuando llene el sopor del verano con juegos en Vázquez de Mella o quizá en la plaza de los héroes (que palabra mas bonita, de veras) del 2 de Mayo, antes con arenero, ahora con columpios y recauchutada con suelos bio-seguros antichoque. Envidiable.

Pero no nos confundamos con tanto rollito bucólico: la recomendación de los facultativos de FJDiaz, es la de mantener a MTR bajo contaminación acústica, como ocurría en la sala del hospital, acunado bajo ruido de maquinaria clínica diversa que zumba contínua y persistentemente. Nada mejor pués, que sacarle de tanto algodón doméstico y lanzarle a la vorágine de la rebajas de primaverano (opción de la madre, por la rebajas) o como prefirió su padre, combinar Rage Against the Machine con Pearl Jam.
Waiting for the Sun...